El fútbol del interior argentino atraviesa un momento crítico. En dos provincias claves de la región cuyana, las estructuras que sostienen el deporte amateur y semiprofesional quedaron comprometidas por investigaciones judiciales que apuntan a irregularidades graves.
En Mendoza, el escándalo gira en torno a certificados médicos presuntamente falsificados; en San Juan, el foco está puesto en una red de apuestas ilegales vinculada a partidos oficiales.
Fraude sanitario en la Liga Mendocina
El 27 de junio, la Justicia de Mendoza inició una investigación luego de que la cardióloga Marisa Torre denunciara que su firma y sello fueron utilizados sin consentimiento en al menos 58 certificados médicos, presentados por clubes de la Liga Mendocina de Fútbol (LMF) para habilitar a jugadores federados.
El hecho derivó en allanamientos simultáneos en la sede de la LMF, el Sindicato de Trabajadores Municipales de Maipú (entidad que oficiaba como prestador médico), y domicilios particulares.
La gravedad del caso no solo radica en la falsificación de documentación pública, sino también en el riesgo sanitario al que podrían haber sido expuestos miles de jugadores, especialmente en categorías juveniles.
Hasta el momento no hay imputados formales, pero hay varios involucrados bajo investigación, entre ellos, directivos del sindicato prestador.
Apuestas ilegales en la Liga Sanjuanina
En paralelo, la Liga Sanjuanina de Fútbol presentó una denuncia formal ante la Justicia por la aparición de apuestas clandestinas sobre partidos locales en plataformas no autorizadas. Según capturas presentadas por la propia liga, se detectaron partidos con cuotas manipuladas, árbitros involucrados y, en algunos casos, menores de edad afectados.
El presidente de la Liga, Juan Valiente, y su abogado, Ezequiel Zamora, encabezan la ofensiva legal. Además de la denuncia penal, la institución suspendió por una fecha todas sus actividades para actualizar reglamentos y endurecer sanciones internas. Ya se tomaron declaraciones a jugadores, entrenadores y árbitros; algunos de estos últimos fueron suspendidos preventivamente.
Las autoridades alertan sobre un posible entramado de manipulación de resultados, el uso de escudos sin autorización y la monetización ilegal del espectáculo deportivo.
Aunque diferentes en naturaleza, ambos casos dejan al descubierto una debilidad institucional común: la falta de controles eficaces y el desborde de prácticas que atentan contra el espíritu del deporte. En un contexto donde el fútbol regional se sostiene con recursos limitados y voluntades dispersas, la ausencia de profesionalización deja margen para que estas situaciones escalen sin contención.
Ambas causas ya están en manos de la Justicia. Pero el daño al prestigio, la confianza y el funcionamiento cotidiano de estas ligas ya está hecho. El fútbol cuyano, en su conjunto, deberá reconstruirse desde sus bases si quiere recuperar la legitimidad.
Nota: Redacción