Además de los castigos políticos y económicos contra el país que, al mando de Putin, invadió Ucrania, el deporte ha seguido la ola de sanciones iniciada por los organismos occidentales. Sin Mundial de Fútbol, ni competencias internacionales, algunos de los ejemplos.
Desde los primeros ataques en la madrugada del jueves, las sanciones en el mundo del deporte para Rusia llueven. La larga lista incluye cancelaciones, eliminaciones y sanciones de importantes eventos.
Por ejemplo, la UEFA dio de baja la final de la Champions League en San Petersburgo y la trasladó a París; la Fórmula 1 canceló el Gran Premio de Sochi y luego que varias selecciones no quieren jugar las Eliminatorias, FIFA decidió eliminar a Rusia del Mundial de Qatar 2022.
Las instituciones internacionales de boxeo y natación suspendieron todas las competiciones que debían disputarse en Rusia; en los mundiales de voleibol, que se deben disputar entre el 26 de agosto y el 11 de septiembre, Francia y Polonia amenazaron con no competir si Rusia se mantiene en la competición.
Además, Rusia tiene su himno y banderas prohibidos por el Comité Olímpico Internacional.
Otra de las sanciones que genera el deporte son, principalmente, económicas. Caso del Manchester United que ya anunció que rompe su contrato con la aerolínea rusa Aeroflot.
UEFA tomó la decisión de romper un contrato de 40 millones de euros anuales con el gigante energético Gazprom, mismo patrocinador que tiene el equipo alemán Shalke 04 que también decidió no aceptar más su dinero.
La escudería estadounidense Haas, en la Fórmula 1, retiró de sus monoplazas los colores rusos de su principal patrocinador Uralkali, empresa que es propiedad del padre de uno de sus pilotos, el ruso Nikita Mazepin que, obviamente, tiene en duda su continuidad en la categoría.
La sanciones no son solo para Rusia, sino también para su presidente Vladimir Putin. El COI le retiró la Orden Olímpica y la Federación Internacional de Judo lo suspendió como presidente de honor y embajador.
Nota: Redacción
